Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Theotonio: de la Dependencia al giro a la derecha

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En una nota anterior (aquí) he planteado que bajo el paraguas de la llamada heterodoxia, se agrupa un extenso abanico de economistas, antes más o menos radicales, que se han convertido en defensores de gobiernos capitalistas. Decía también que este fenómeno se inscribe en un giro de muchos intelectuales que en las últimas décadas abandonaron cualquier compromiso con una política de clase; y presentaba el ejemplo del marxista Anwar Shaikh, de la New School de Nueva York.

Pues bien, otro caso representativo es Theotonio Dos Santos, quien por estos días ha sido homenajeado por el primer Congreso de Pensamiento Económico Latinoamericano. El evento se convocó bajo un lema que encierra toda una definición política e ideológica: “Amanecer y consolidación de los gobiernos populares en América Latina. Desafíos para profundizar la transformación estructural”. Fue organizado por la Asociación del Pensamiento Económico Latinoamericano, y patrocinado por Presidencia de la Nación y otros organismos estatales. Entre los oradores estuvieron Carlos Tomada y Axel Kicillof, ministros del gobierno de Cristina Kirchner; Silvina Batakis, ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires; y Marcelo Zabalaga Estrada, presidente del Banco Central de Bolivia.

Para quienes no lo tengan en el radar, Theotonio Dos Santos fue un referente de la corriente de la Dependencia, que tuvo mucha influencia –no sólo en América Latina- entre mediados de los años 1960 y los 1980. El eje de la corriente fue la denuncia de la explotación de los países del Tercer Mundo por los países adelantados. Influenciada por la radicalización a la izquierda que provocaron la revolución cubana y el fracaso de los programas desarrollistas de corte cepaliano, la Dependencia planteó que los países atrasados estaban condenados al subdesarrollo; que las burguesías nativas eran socias del imperialismo y de la oligarquía (tesis que iba en contra de la estrategia de revolución por etapas y frentes populares de los partidos Comunistas); y que la alternativa en estos países era entre dictaduras militares, o el socialismo.

En relación con aquellas posiciones, que decía defender desde el marxismo, el giro a la derecha de Dos Santos es notable. Por ejemplo, preguntado por el diario oficialista Tiempo Argentino sobre cómo ve Brasil hoy, y las prioridades del gobierno del PT, el marxista Dos Santos responde que “Dilma (Rousseff) va a dar continuidad a la lucha contra la pobreza absoluta. Eso en primer lugar. Allí está su proyecto de sacar de la pobreza a los 17 millones de brasileños que viven en esas condiciones. Porque el país todavía tiene esas realidades. Ella se va a dedicar a eso muy consistentemente. Su segunda prioridad será resolver el tema educacional del país, una cuestión que es extremadamente grave” (11/09/15). Seguramente Dos Santos cree que el Gobierno del PT busca acabar con la pobreza mediante la ley de tercerización del trabajo (hay 14 millones de trabajadores tercerizados, casi el 30% de la población económicamente activa), y los recortes masivos de gasto fiscal en salud, educación, y planes sociales. Hasta organizaciones sociales no marxistas, como el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, MST, han caracterizado al programa económico de Dilma Roussef como “el programa de la derecha”. Dos Santos hoy no llega siquiera a este nivel.

Recordemos también que en 2015 Dos Santos suscribió un comunicado de apoyo al gobierno de Cristina Kirchner, redactado por la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad. La excusa fue la sempiterna cantinela de los oportunistas para defender gobiernos capitalistas: oponerse a “la desestabilización de los medios hegemónicos internacionales, en conjunción con las fuerzas de la derecha autóctona”. Firmaron también Atilio Borón, Ricardo Forster y Luis D’Elía, de Argentina.

Y antes Theotonio elogió la gestión de Chávez porque “ha estado dirigida a la sustitución de una economía rentista del petróleo para una economía productiva…  Se ha desarrollado un plan de seguridad alimentaria bastante fuerte, pues Venezuela compraba leche y productos lácteos, en este momento está atendiendo su mercado interno e incluso ya se inició la exportación de estos productos, que es una fuente fundamental alimentaria para la población. En infraestructura hay avances en la industria del acero, también un desarrollo grande de las refinerías e industrialización del petróleo y otras inversiones en sectores básicos de economía pesada. El gobierno venezolano está nacionalizando gran parte de ese sector y articulando dentro de un cierto grado de planeamiento” (Entrevista, “La entrada del capital internacional no es factor fundamental para el desarrollo de América Latina”, Fernando Ortiz, Cronicon, Argenpress.info, http://pabloraulfernandez.blogspot.com.ar/2010/10/entrevista-con-theotonio-dos-santos-la.html).

Aunque, como cualquiera con un mínimo de información lo sabe, lejos de industrializar a Venezuela, el chavismo acentuó el carácter primario de su economía. Esto a pesar de la gigantesca renta petrolera recibida durante una década. Y cualquiera sabe también que hoy ese capitalismo de Estado está en bancarrota, y las masas populares padecen increíbles carencias y privaciones.

Un planteo global pro-capitalista

Las anteriores posturas debemos ubicarlas, a su vez, en un marco ideológico y político burgués más amplio. A igual que han hecho el castrismo y las diversas variantes de nacionalismos burgueses y pequeño burgueses más o menos populistas, Dos Santos ubica hoy al neoliberalismo como “el” enemigo a derrotar. O sea, el centro de la crítica no es al modo de producción capitalista, ni a la explotación del trabajo, sino apenas a una forma de política económica del capitalismo. Política económica que, después de todo, es la que siempre adoptó el capital, y sus Estados, frente a las crisis: ofensiva sobre el trabajo para recuperar la rentabilidad del capital. Pero esto no lo puede reconocer Dos Santos, porque se le vendría abajo todo el argumento. Incluso porque debería correr el velo de la hipocresía de tanto “economista heterodoxo” puesto a alto funcionario. ¿O nos olvidamos qué hacían los Kirchner, por ejemplo, en los años del menemismo? (ver aquí para información).

En cualquier caso, el ubicar como eje del combate al neoliberalismo genera el terreno propicio para disimular, bajo palabrería izquierdista, el giro operado a la derecha. El enfoque actual de Dos Santos está sintetizado por Carlos E. Martins en el Prólogo a la reedición, de 2011, de Imperialismo y Dependencia, (Caracas, Venezuela). Sostiene que el neoliberalismo logró impulsar un nuevo giro expansivo de la economía capitalista a partir de 1994, pero a costa de desequilibrios macroeconómicos, sociales y políticos profundos. Lo cual limita la coordinación de reformas económicas profundas que necesita la economía mundial. Entre ellas, la transición para una gestión compartida de la economía mundial que incluya a los BRICS. La especulación cambiaria y financiera en torno al dólar alcanza proporciones crecientes y restringe la expansión de la economía mundial, y la inclusión de los sectores populares y de las periferias. Se abre entonces el espacio para la afirmación de la contrahegemonía en un proceso histórico colosal que reúne emergencias nacionales, regionales y movimientos sociales de carácter planetario. Los BRICS jugarían un rol clave en organizar esta contrahegemonía; se reuniría así un bloque histórico cuya fuerza económica, política, social e ideológica afectará de manera profunda la hegemonía de EEUU, propiciando la transición rumbo a una gestión cooperativa y democrática de la economía mundial. Brasil podría jugar un rol central en la liberación de América Latina del yugo del imperialismo, Rusia mediando y articulando entre Europa, Asia y Medio Oriente, China y el este asiático proyectándose en el mundo, Sudáfrica teniendo un rol en la integración africana.

De manera que las contradicciones del capitalismo han desaparecido; sus problemas se reducen a la especulación cambiaria y financiera en torno al dólar; y la “contrahegemonía” –Gramsci da para todo- organizada por los capitalismos de los BRICS, podrá traer “la gestión democrática y cooperativa” de la economía mundial.

En conclusión, con estas posiciones podemos augurar muchas más distinciones de distinguidas instituciones burguesas al “distinguido marxista” Theotonio Dos Santos. No hay contradicción. Es el espíritu de la época.

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Theotonio: de la Dependencia al giro a la derecha

Written by rolandoastarita

27/09/2015 a 13:21

24 respuestas

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  1. ¿No salvaría usted nada de la teoría de la dependencia, ninguna de sus tesis económicas, ni siquiera en Mauro Marini?

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    Venancio Andreu Baldó

    27/09/2015 at 14:07

    • En mi libro «Economía política de la dependencia y el subdesarrollo» escribí casi todo un capítulo a explicar la realidad histórica que expresó la corriente de la dependencia. Además, expresé que la CD representó una renovación en el pensamiento revolucionario frente a los planteos tradicionales de los PC (con sus tesis sobre las «burguesías nacionales objetivamente anti-imperialistas y anti-oligárquicas», etc.). A pesar de estos aspectos, la CD de todas maneras nunca superó sus enfoques básicos, que en esencia estaban contenidos ya en la obra de Baran («La economía política del crecimiento»). Por caso, es muy representativo de este pensamiento la tesis de Marini sobre que los esquemas de reproducción de Marx eran inaplicables al Tercer Mundo (y tributarios de la ley de Say, en su visión); y la idea de que las leyes de la acumulación capitalista no se daban en los países subdesarrollados a causa del dominio de los monopolios. Más importante aún, la CD nunca logró superar la dicotomía entre explotación de clase y explotación entre países. En todo esto reivindico en particular el planteo de A. Cueva en «Problemas y perspectivas de la teoría de la dependencia» (1974).
      Por otra parte, dos capítulos están dedicados a Ruy Mauro Marini, al que considero el autor más profundo de la CD.
      Es posible que en próximas entradas vaya presentando algunas de estas cuestiones.

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      rolandoastarita

      27/09/2015 at 15:32

  2. Estimado Rolando Astarita:

    Me parece que su crítica es sumamente débil. Usted por lo general acostumbra criticar a académicos e intelectuales citando fuentes bibliográficas de primer orden.

    Sin embargo, en esta ocasión decidió limitarse a citar recortes de prensa. Le dejo un texto monumental de Dos Santos: http://hoyvenezuela.info/wp-content/uploads/2015/02/Leer-Del-terror-a-la-esperanza.pdf.

    Que como es evidente, usted no ha leído, no conoce, por eso su crítica es sobre todo hígado. Le comento que es un texto reciente, de nuestra época actual. Ahí Dos Santos expone su concepción de «neoliberalismo», siempre en el marco del análisis del capítalismo como sistema de explotación.

    Le haría bien leerlo, antes de criticar tan a la ligera.

    ANR.

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    • Conozco este texto de Dos Santos. Está editado en 2004 y lo que me importa destacar en la nota es su posición frente a los gobiernos latinoamericanos que sale a apoyar el Congreso al que se hace referencia. Con un agregado: las declaraciones públicas no son una cuestión menor. Ayudan a formar opiniones. Tampoco son «descuidos». Con otro agregado: «Del terror a la esperanza» presenta las mismas posiciones fundamentales de Dos Santos que sintetizo en la nota. El contenido es siempre el mismo: hacer eje en la lucha contra el «neoliberalismo» para presentar como progresistas a los gobiernos tipo Kirchner. Que es la política del castrismo, del chavismo, del kirchnerismo. Me parece que le haría bien reflexionar sobre el sentido de este discurso, antes de criticar tan a la ligera a los marxistas.

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      rolandoastarita

      27/09/2015 at 22:37

  3. Lo «conoce» y sin embargo no hace mención de él. Resulta raro en usted sobre todo siendo un texto tan conocido y premiado incluso por los «gobiernos burgueses». Extraño que no se haya tomado el tiempo de citar textualmente ese libro y otros de Dos Santos, y que en cambio, que haya dirigido sus críticas con base en recortes de prensa, me sorprende, pero en fin, muy su estilo.

    Por otra parte, he tenido la oportunidad no sólo de leer, sino de escuchar de viva voz a Theotonio en México. Me parece que no es un apologista de los «gobiernos burgueses» como usted lo tilda, les reconoce (quién no) el intento de redistribuir el ingreso a través de programas de transferencias. Sin embargo, considera que eso es insuficiente, es imposible con eso evitar la crisis y vencer como él sostiene, el carácter «dependiente» de esos países.

    Qué bueno que usted no subestima los recortes de prensa como un elemento menor para el análisis y marco de referencia de cualquier autor. Por lo tanto, creo que también le haría bien citar entonces los textos «periodísticos» de Marx sobre América Latina, sus porras a la invasión de México por Estados Unidos y sus cartas en torno al protagonismo de las cuestiones nacionales sobre «la unidad de clase». En sus notas mi estimado Rolando Astarita, se leen sobre todo citas del Capital, mientras los textos «periodísticos» de Marx aparecen de manera marginal ¿Por qué será? Curioso, repito, no deja de sorprenderme.

    El intento de «desnudar» la apología de Dos Santos a los «gobiernos burgueses» se queda en eso, en un intento. Que tenga buenas noches.

    ANR.

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    • No sé por qué tengo que darle explicaciones a usted qué cito y qué no cito. En la nota resumo las posiciones de la Dependencia sin citar textualmente autores, ni siquiera los textos del mismo Dos Santos; textos que cito en mi libro «Economía política de la dependencia y el subdesarrollo».

      Por supuesto, no voy ahora a discutir qué textos de Marx cito o no cito. Pero con respecto a Dos Santos no se trata de textos periodísticos para ganarse la vida, sino de reportajes concedidos a prensa «amiga», en la que fija posiciones políticas. La cuestión no es menor: toma posición ante gobiernos como el de Kirchner, que lo invita a un Congreso en el que hablan ministros de ese gobierno, y en donde concurren conocidos apologistas del kirchnerismo. (¿Por qué será que a Marx los gobiernos burgueses no lo distinguían de esa manera?).

      Pero además, ¿cómo quiere que encuentre la posición de Dos Santos sobre el gobierno K en un libro editado en 2004, y en el que apenas menciona al gobierno K? Es curioso su reclamo. ¿No será que en el fondo le molesta lo que dice HOY Dos Santos? De la misma manera, ¿cómo quiere que encuentre la posición de Dos Santos sobre el ajuste «ortodoxo» que está aplicando el PT en 2015, en un libro publicado en 2004? De nuevo, curiosa su manera de entender la ciencia.

      Pero además, ya le dije que «Del terror a la esperanza» dice más o menos lo mismo que sostiene en sus reportajes. Todo está teñido del mismo análisis simplista y ramplón. Entre otras cuestiones, señalo:

      La idea de que las crisis de los 1990 fueron provocadas por las políticas neoliberales. La tesis de que el problema del pensamiento neoliberal restringe la solución de los problemas fundamentales a los límites del funcionamiento del libre comercio y el pensamiento único.
      La crítica a los partidos socialistas y socialdemócratas europeos porque en los comienzos de los 2000 no se opusieron a la suba de las tasas de interés (acorde con la idea de que la crisis fue provocada esencialmente por el capital financiero).
      La afirmación de que el gobierno de Clinton puso a la orden del día gran parte de la agenda de la generación contestataria que surgió del movimiento de 1968.

      El elogio a la unidad burguesa del Mercosur. La afirmación de que la integración latinoamericana es el objetivo principal «de nuestra política».
      La afirmación de que el PT buscaba un gobierno «con efectiva prioridad en lo social». La afirmación de que en torno al PT surgió un bloque histórico con amplio proyecto nacional, en el que convergieron las Fuerzas Armadas brasileñas, que rechazaban ahora el neoliberalismo, y el empresariado. La afirmación de que Lula y ese bloque histórico posibilitó la conquista de la autoestima del pueblo brasileño y su confianza en un viraje histórico. Y así podría seguir.

      En definitiva, un rosario de lugares comunes del pensamiento burgués reformista más vulgar. Que no es distinto de lo declara a la prensa. Y que es lo que se sintetiza en el Prólogo de la reedición que cité en la nota.

      Por supuesto, entiendo la molestia de mucha gente cuando se señalan estas cuestiones. No me sorprende. Como digo en la nota al final, son los tiempos que vivimos.

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      rolandoastarita

      28/09/2015 at 00:35

    • Me olvidaba: podía agregar cantidades y cantidades de citas, todas del mismo tenor, también del libro de Dos Santos «La teoría de la dependencia. Balance y perspectivas», prólogo 1998, primera edición en castellano 2002). Como es costumbre en Dos Santos, no hay un análisis en términos de clases sociales, explotación, contradicción capital/trabajo, ni de casualidad. Toda la problemática es de enfrentamientos o alianzas entre bloques burgueses de países. Por ejemplo, en los años 1970 la contradicción era entre el proceso de globalización de la economía mundial y las resistencias nacionalistas de gobiernos nacionales, apoyados por ejércitos nacionales que terminaban por crear obstáculos al proceso de globalización. Ni palabra sobre las contradicciones de clase. El descentramiento de la contradicción entre el capital y el trabajo es constante. El argumento de fondo es que la explotación (transferencia de excedente) se da entre países: intercambio desigual, deterioro de los términos de intercambio (con la consiguiente reivindicación de Prebisch y los No Alineados), pagos de deuda externa y altos intereses, etcétera, son los mecanismos mencionados una y otra vez. De nuevo, la relación capitalista brilla por su ausencia en estos análisis.

      En este marco, la «absolución» de responsabilidades de las burguesías nacionales del Tercer Mundo, en la instalación de gobiernos militares en los 1960 o 1970, o en el crecimiento de las deudas externas, es total. EEUU, el FMI, el Bco Mundial, etcétera, son los causantes de todos los problemas. Por caso, el FMI, el BM y «otras agencias internacionales», junto a Washington, aparecen como los que «imponían el ajuste estructural» (en los 1980) a los países dependientes. Es la típica argumentación del pequeñoburgués progre-nacionalista. Todo el enfoque está dominado por la oposición «capitalismo dependiente» y «movimientos democráticos» que quieren abrir «la reconstrucción de un sistema liberal-democrático en América Latina». Es la cantinela que vuelve a aparecer en «Del terror a la esperanza», en las declaraciones públicas, etcétera.

      Por supuesto, estos análisis de izquierda siempre se cubren con algunos reparos y señalamientos críticos a las «debilidades» o «vacilaciones» de las clases dominantes nativas frente a los poderes imperialistas (al pasar: los PC son maestros en este arte de «cubrirse por izquierda»). Pero eso tiene sin cuidado a los gobiernos burgueses que ensalzan este «marxismo nacional». Esa gente sabe con qué bueyes ara.

      Por último, dije que no iba a seguir con citas, que dicen todas más o menos lo mismo. Pero no puedo resistir la tentación de poner, negro sobre blanco, una prueba de la profundidad y sutileza de análisis de este «marxista distinguido»: la disolución de la URSS y la decisión de disolver el Partido Comunista merece el siguiente comentario de Dos Santos: «Esta magnífica y corajuda acción del liderazgo soviético, teniendo al frente a Gorbachov, ha sido presentada como una derrota del socialismo. Tal vez haya sido la más atrevida y lúcida acción a favor del avance del socialismo en toda la historia» (p. 124 de «La teoría….). Con el agregado de que equipara esta acción a la de Lenin «decretando el fin» (¿?) de la Segunda Internacional. Sin comentarios. Cada cual puede leer y sacar conclusiones.

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      rolandoastarita

      28/09/2015 at 11:37

  4. En su libro póstumo «Marxism: Last Refuge of the Bourgeoisie?» (1983), Paul Mattick (padre) cita una frase atribuida a Rosa Luxemburgo que creo que resume bastante bien el espíritu de estos tiempos en algunos países de América Latina: «El dominio de clase burgués da su última batalla bajo una bandera falsa, bajo la bandera de la propia revolución» (en inglés en el original: «Bourgeois class rule fights its last battle under a false flag, under the flag of revolution itself»). Mattick, por su parte, vio lo que se venía: un «marxismo» académico hecho a la medida de la administración del estado capitalista.

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    Matías

    28/09/2015 at 17:31

    • Excelente cita. También Lenin escribió alguna vez que la fuerza del marxismo fue tal que obligó a sus enemigos a disfrazarse de marxistas.

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      AP

      28/09/2015 at 21:51

    • Como usted sabrá, Mattick tenía una visión muy negativa de Lenin y los bolcheviques. De la introducción de su libro «Comunismo Antibolchevique»: «El fin del capitalismo exige, por consiguiente, primero que nada, el fin de la ideología bolchevique y el ascenso de un movimiento revolucionario antibolchevique, tal como se intentó en aquella situación revolucionaria más temprana, a la que este libro trata de atraer la atención.»

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      Matías

      29/09/2015 at 12:56

  5. Siempre que los marxistas analizan el papel de una ideología en la lucha de clases y encuentran que ésta representa los intereses de un sector no-proletario, los partidarios de esa ideología se ofenden como si la intención del marxista de turno hubiera sido «correrlos por izquierda».

    Similarmente, cuando los marxistas analizan el papel histórico de una personalidad por lo que ésta hace y no por lo que piensa o dice de sí misma, aparecen partidarios de esa persona ofendidos porque según ellos no se tuvo en cuenta lo mejor de su vida y obra. Como si los análisis marxistas consistieran en un balance entre «lo bueno» y «lo malo». No. Los análisis marxistas consisten en señalar, implacablemente, la relación entre personas/corrientes/organizaciones/ideologías/gobiernos con el sistema social y con la lucha de clases que se da dentro de este sistema.

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    Danilo Castelli

    29/09/2015 at 07:42

  6. Rolo, te dejo un enlace con la versión final de mi tesis de maestría (son 200 paginas), por si a vos o a alguien más le interesa.
    https://www.academia.edu/16248324/Maito_Esteban_Ezequiel_-_La_Acumulaci%C3%B3n_de_Capital_en_Argentina_1910-2011_TESIS_DE_MAESTRIA_

    Saludos

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    Esteban Maito

    29/09/2015 at 19:44

  7. Compañero Matías. Por supuesto conozco la posición de Mattick sobre el bolchevismo. Solo quise señalar que más de un pensador marxista reparó en la adopción de un ‘marxismo’ castrado de perspectiva revolucionaria por defensores del sistema capitalista.

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    AP

    29/09/2015 at 22:33

  8. Gracias, AP. Aclaré lo de Mattick, asumiendo que usted conocía su posición sobre los bolcheviques (leo atentamente sus comentarios en este foro), porque me parece que su obra no es muy conocida en América Latina. Saludos.

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    Matías

    30/09/2015 at 15:39

    • Coincido en que es necesario difundir la obra de Mattick. Es un gran olvidado. Entiendo que Rolando comparte plenamente este propósito.

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      AP

      30/09/2015 at 21:38

    • Volviendo a Mattick, recomiendo la biografía de Gary Roth, «Marxism in a Lost Century: A Biography of Paul Mattick» (2014, Brill).

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      Matías

      21/12/2015 at 13:39

  9. Rolando Astarita:

    Yo en ningún momento le pedí “explicaciones” sobre qué cita y que no cita. Es más, ni siquiera estoy “molesto”, independientemente de que reconozco mi afinidad intelectual con Dos Santos, para nada me “molestan” los comentarios que él vierta en la prensa y mucho menos me quita el sueño que usted lo calumnie a través de una nota muy sesgada y lo bastante débil como para exhibir su “giro a la derecha”. Si cree que cuando discrepamos de sus puntos de vistas nos «molestamos», está equivocado, mire que si le incomoda leer diferencias sobre lo que usted escribe cierre los comentarios de su blog y sea felíz.

    Es que la fobia de usted por los “gobiernos burgueses” de América Latina le nubla la visión y lo hace caer en imprecisiones que rayan muy de cerca en la falta de ética intelectual. Alguien con tan larga trayectoria como usted, debería mesurarse. Paso a explicarme.

    Cita algunos comentarios de Dos Santos sobre Rousseff en medio de un premio otorgado por el Gobierno de Argentina, en donde él considera que la presidenta brasileña debe combatir la pobreza. Según su texto Dos Santos “ni siquiera” se atreve a critica de refilón la gestión de los Gobiernos del PT, MENTIRA. Para muestra, acá un texto fechado hace apenas una semana, en donde argumenta de plano que Dilma hizo suyo el programa de la derecha: http://bit.ly/1FGlIkX. De seguro también lo conoce, no podría ser de otra manera.

    Sin embargo, con base en ese comentario a la prensa, usted interpreta que eso mismo pensaría Dos Santos de todos los gobiernos de la región. Argumenta entonces que bien se trate del “kirchnerismo”, “lulismo”, “chavismo”, etc., Dos Santos evita realizar la crítica frontal ¿En qué momento Dos Santos le soltó “vivas” a Cristina? ¿En qué texto Dos Santos le lanza porras a Maduro y niega que haya en estos momentos problemas económicos en Venezuela? Poco le faltó para de plano escribir que Dos Santos es un “vendido” del progresismo sudamericano.

    Luego dice que yo lo obligo a hallar esas críticas en el libro publicado en 2004 en contra de Cristina, cuando en realidad se lo mencioné porque ahí Dos Santos desarrolla su concepción de “neoliberalismo”. En efecto, un episodio especial del CAPITALISMO de nuestra época, en el que Dos Santos siempre lo analiza en el marco del capitalismo como sistema de explotación.

    Es que aunque usted no lo dice de forma explícita, da a entender que para Dos Santos el “neoliberalismo” es básicamente un problema de gestión del capitalismo. Esto es, que con algunos cambios, con algunos retoques, disminuyendo quizás la preeminencia del capital financiero, sería suficiente para resolver los problemas. MENTIRA. Y para muestra este texto publicado en CLACSO el año 2010: http://bit.ly/1QLU9XA. Ahí se lee un análisis de largo plazo, una interpretación marxista de la crisis.

    Finalmente, usted menciona el prólogo de Carlos Eduardo Martins en uno de los textos clásicos de Dos Santos. Les achaca que no hay «ni palabra» sobre las «contradicciones de clase» sino sólo de la pugna entre “bloques (nacionales) burgueses”.

    Deja del lado que en ese mismo prólogo, se menciona que la cuestión esencial en el marco de análisis de la teoría de la dependencia es la lucha entre el capital y el trabajo y un asunto sí, crucial, es la batalla entre la periferia y el centro. La teoría de la dependencia sostiene que la única manera de superar la crisis es a través de la superación del capitalismo, haciendo realidad el socialismo. Vuelvo al punto, usted distorsiona todo.

    Pero bueno, imagino que en su lista de “intelectuales al desnudo” muy pronto estarán sus paisanos Claudio Katz, Julio C. Gambina, Atilio Borón, Nestor Kohan, entre otros, pues todos ellos se dicen “marxistas” y al mismo tiempo, reconocen algunas reivindicaciones de los gobiernos sudamericanos: “progre-nacionalistas”, “pequeño-burgueses”, al final de cuentas según su opinión.

    Al final de cuentas, usted seguirá con el mismo argumento “simple” y “ramplón” que coloca en todos y cada uno de sus textos: eliminemos la propiedad privada, liberemos a los trabajadores de las cadenas de la explotación capitalista, todo lo que no vaya en estricta línea con eso es “reformismo” vil. Vaya aporte. Lo leo y lo sigo porque me gustan sus análisis sobre la evolución de la economía mundial, por lo demás parece lleno resentimiento por su manera de “criticar” desde la economía política.

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    • En primer lugar, dice que no está molesto, pero me acusa de falta de ética y de calumniar a Dos Santos. La realidad es que no hay calumnias ni falta de ética, sino diferencias ideológicas profundas. Son diferencias con el marxismo al que he calificado de «nacional», que efectivamente se alineó con Chávez, es pro-castrista, y apoya, de manera más o menos abierta, a los gobiernos «progresistas» latinoamericanos tipo Kirchner, Lula, Dilma, Evo.
      Por supuesto, la táctica es al viejo estilo de lo que hacían los PC: es apoyo «crítico», siempre dejando una puerta abierta para saltar del barco cuando les conviene, o tomar la suficiente distancia. Por supuesto también, de esta manera se deja el camino despejado para adaptarse a los públicos correspondientes, según lo exijan las circunstancias: si se está en un congreso con el oficialismo K, el discurso es distinto a si se está ante a una tribuna más de izquierda. Si además se está en vísperas en un congreso del oficialismo K, que va a rendir homenaje al «distinguido marxista», y se va a compartir tribuna con «distinguidos ministros», y se brinda un reportaje al diario oficialista, el discurso es todavía más «adaptado» a las circunstancias. Conozco bastante esta manera de actuar. He tratado sobre el tema de este marxismo acomodaticio aquí, y en otras notas. Por eso no es casual que Dos Santos vaya a un Congreso convocado para la apología de gobiernos burgueses. Todo encaja en el curso natural de las cosas.

      De todas maneras, usted tiene razón en una cuestión: el centro de mi crítica es al sistema capitalista y a la explotación de clases. Que incluye toda forma de capitalismo, esto es, al capitalismo de Estado. Esto me diferencia de ustedes (esto es, de los Theotonio Dos Santos y seguidores). No tiene razón al decir que mi crítica al capitalismo se debe a que soy un resentido. Es una vieja idea de la derecha: Marx criticaba al sistema capitalista porque era un «resentido social». Siempre me pareció una idea estúpida. La sigo considerando estúpida (¿será por mi misma condición de «resentido»?) y no voy a responderla precisamente por esa razón.

      Volviendo al tema principal, el argumento de la izquierda partidaria de la colaboración de clases (sea vía gobiernos socialdemócratas, capitalismos de Estado, nacionalismos burgueses y similares) siempre fue acusar al marxismo de ser demasiado simplista. ¿Qué es eso de definir que el problema clave es la explotación del trabajo por el capital y su Estado? ¿O la explotación del trabajo por las burocracias de corte stalinista? Son cuestiones muy incómodas para practicar la conciliación de clases (y también para asistir a congresos y conferencias donde las instituciones establecidas homenajean a los «marxistas distinguidos que no caen en los análisis simplistas»). Y es en este sentido que la obra de Dos Santos encaja muy bien en esta operación de desplazar la centralidad de la explotación.

      En este Comentario no deseo extenderme, pero las definiciones se repiten, una tras otra: El neoliberalismo y el terror de Estado se unieron para sojuzgar «nuestras naciones». Las políticas derivadas de la doctrina neoliberal produjeron terribles desequilibrios que llevaron al malestar generalizado de la sociedad contemporánea. El ascenso de la posguerra se produjo gracias a los mecanismos de crecimiento asociados a las ideas de Keynes. Ese crecimiento fue posible por la aplicación de tesis socialdemócratas, la intervención del Estado para lograr el pleno empleo, los controles de cambio, la función de las instituciones internacionales reguladoras del dinero mundial. La democracia latinoamericana es una planta frágil a la que hay que cuidar. La solución a los problemas pasa por rechazar las recetas del FMI y del Banco Mundial y «retomar los caminos trillados por el pensamiento social latinoamericano». Existe un estilo científico latinoamericano que se afirmó entre la década de 1920 y el presente [años 2000]. La CEPAL representó el auge de la ideología nacional-desarrollista en América Latina y en todo el llamado Tercer Mundo. La política neoliberal de desregulación, privatizaciones, competencia internacional, fue derrotada en EEUU con el triunfo de Clinton. En América Latina se pasó del golpismo pro-norteamericano de los 1960 y 1970 a un movimiento nacionalista y antinorteamericano cuyos fundamentos se dieron durante la guerra de Malvinas. La función del capital internacional en el sistema mundial es la apropiación y la extracción del excedente «de nuestras regiones», de las regiones dependientes. La emergencia de potencias del Tercer Mundo, como China, India o Brasil, podrá, junto con otros centros importantes que están localizados en el Tercer Mundo, o fuera de los centros de poder mundial, rectificar gran parte de las tendencias en curso en la economía mundial.

      ¿Citar estas ideas vertidas por Dos Santos en sus escritos es «calumniar» a Dos Santos? La realidad es que el análisis de clase está desaparecido. Incluso cuando Dos Santos habla de capitalismo, le adjunta el calificativo de «liberal». «Este cambio de enfoque [posibilitado por el ascenso de los BRICS y compañía] se relaciona, por lo tanto, con un cuestionamiento de orden civilizacional mundial, de comportamiento y de los fundamentos de la ideología dominante en el mundo liberal capitalista». También: «… se trata de la necesidad de superación del cuadro económico, social, político y cultural creado por la civilización burguesa liberal, que se confundió históricamente con la hegemonía mundial de Europa, y posteriormente de Estados Unidos». Un capitalismo de Estado «a lo Chávez», o del tipo «socialismos africanos» (caso Etiopía y tantos otros elogiados por el castrismo y el marxismo nacional), ¿no han sido igualmente reaccionarios y retrógrados que el «capitalismo liberal» de nuestra época? Las afirmaciones van de la mano de silencios que no son inocentes. Silencios que se acomodan muy bien al sentido común del progresismo izquierdista progre que sabe aplaudir a cuanto ideólogo justifique cualquier impostura y fraude intelectual.

      ¿Cuál es entonces el programa «liberador»? Parece claro: pasa por los «caminos trillados» de los Keynes, CEPAL y Prebisch; por China al frente de los BRICS; por instituciones poniendo límites a la liberalidad del capital, y así de seguido. Es el clásico programa del reformismo burgués. A lo que hay que agregar manifiestos disparates: por caso, la afirmación de que la disolución de la URSS y del PCUS por Gorbachov (para no variar, los análisis en términos de procesos de clase están desaparecidos) fue un servicio a la causa del socialismo. O la asimilación del neoliberalsimo al fascismo (de nuevo, el análisis de clase brilla por su ausencia). O banalidades del tipo que la gran contradicción del neoliberalismo está determinada por lo que afirma en su discurso y el hecho de que el capital siempre necesitó la intervención del Estado.

      A todo esto, lo único que no puedo entender es qué le puede interesar de este blog, o de los análisis económicos que presento.

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      rolandoastarita

      01/10/2015 at 10:13

  10. »Es una vieja idea de la derecha: Marx criticaba al sistema capitalista porque era un “resentido social”». No tengo interés en entrar en un debate ajeno, ni soy un experto en dialéctica de debates, pero le voy a dejar un pequeño aporte sobre esta supuesta crítica que he visto en muchos debates ‘serios’. No sólo la práctica la derecha, es una crítica recurrente y frecuente, y la hace TODO aquel que se queda sin argumentos. Siempre aparece, sistemáticamente, al final del debate, cuando no queda más que decir. Podríamos llamarle la crítica con moralina, de catequesis religiosa (para adolescentes), o la critica de los ‘ 7 pecados capitales». Cuando el debatiente se queda con cero argumentos, empieza a sacar del estante un listado de posibles pecados de su oponente:, envidia, odio, avaricia, pereza, resentimiento etc…¡y la gula y la lujuria si es necesario ¡ Se llega al extremo de utilizarla para ,por un lado, alabar al capitalista , pero virtuoso e inocente de toda maldad, y, por el otro, refutar al obrero que sólo reclama por envidia, odio, etc.. No le de más importancia: sólo significa que ha ganado el debate.

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    antonio

    01/10/2015 at 12:51

  11. Rolando Astarita:

    De nuevo entra en la calumnia y la distorsión. Yo no estoy diciendo que hacer interpretación de la realidad desde el marxismo sea estar resentido. Sino que su forma de descalificar con base en argumentos débiles (que rayan en la falsedad) y fobias en contra de Dos Santos lo hace ver como un ser lleno de resentimiento.
    Y no tiene nada que ver con la moral. Le coloqué 2 textos, uno en donde Dos Santos critica la gestión de Dilma (en ALAI) y otro donde analiza las contradicciones de la crisis capitalista (en CLACSO), ni mención hizo de los argumentos vertidos ahí, no podría ser de otra manera, hacer mención de ellos, harían que como usted señaló en su primer post, toda la argumentación se “venga abajo”.

    Pero eso no importa, usted dirige su artillería entonces contra la “izquierda acomodaticia”, la izquierda que según interpreto, es la izquierda cercana al poder, a la oligarquía, a la burguesía. De ahí que aunque Dos Santos haya criticado en otros escritos el régimen putrefacto del PT, como acudió a recibir un premio de un “gobierno nacional-burgués” es claramente un signo inequívoco de su adhesión absoluta y acrítica al progresismo sudamericano.

    Usted parece conocer muy bien esas “tácticas”, ese comportamiento que “no es casualidad” en la izquierda “nacional”, “progre-nacionalista”. Es que usted forma parte de esa izquierda puritana, esa izquierda que presume ser “pura”, que dice que realiza LA interpretación correcta de la perspectiva de Karl Marx, esa izquierda que hace de sus propios postulados una religión. Y es un desperdicio porque como ya le dije, me parece que su análisis pormenorizado sobre la economía mundial es excelente.

    Usted dice que la izquierda de Dos Santos y tantos más es “convenciera”, que si bien puede criticar en textos por aquí y por allá a los “gobiernos burgueses”, ante un auditorio lleno de funcionarios de Gobierno Dos Santos se “amolda” de manera espuria a las circunstancias. Es decir, todo parece indicar que es un mercader del poder según su lógica.

    ¿Qué sucede con el comportamiento de la “izquierda” que usted representa? Cuando usted se encuentra ante un auditorio lleno de jóvenes dice que siempre hay que buscar “arrancar todo lo que se pueda” (Acá está: https://youtu.be/ObroTNFgKaw). Pero sucede que en sus escritos tilda eso mismo de “reformismo”, una apología a la “social-democracia”, “progre-nacionalismo” y otras tantas palabras que a usted le encanta repetir.

    Es que con descalificaciones de ese tipo no tendrían eco entre personas que consideran que han visto mejorado en alguna medida (por pequeña que sea) su nivel de vida, su comentario caería en el vacío, sin generar la menor empatía entre su audiencia.

    Luchar por un sistema educativo de calidad, medios de comunicación controlados por el poder popular, detener la privatización de los servicios públicos, ir en contra de profundizar el libre comercio y los acuerdos de seguridad con Estados Unidos, cancelar las deudas del FMI y expulsar al Banco Mundial a usted le parecen cosas banales, sin importancia, como son medidas que no ponen en entredicho los pilares de la construcción social del capitalismo (explotación del trabajo por el capital, propiedad privada, etc.) son cuestiones marginales.

    De esta manera, en la medida en que un intelectual ose apoyar públicamente cualquier tipo de esas medidas, sin al mismo tiempo poner énfasis en que el capitalismo debe ser superado, derrotado, etc., se convierte entonces en un “intelectual” “reformista, “progre-nacionalista”, etc.
    En lo que hay coincidencia entre nosotros es que esa visión sobre la obra de Marx que usted representa es marginal. Incluso usted mismo se auto-denomina como parte de un sector de la “izquierda marginal”.

    Y sí, marginal no sólo en la academia sino también en la lucha social ¿En qué medida su “marxismo puro” ha contribuido a mover el mundo y no sólo analizarlo? Por otra parte, en sus múltiples textos usted reconoce que hay muy poca elaboración sobre la transición hacia el socialismo o el comunismo. En Marx esto ni aparece ¿Por qué no comienza usted a trabajar sobre eso? Estoy ansioso en leer sus desarrollos sobre el tema.

    También “ustedes” y “nosotros” padecemos bien sean las “victorias pírricas” de la izquierda o las “victorias enormes de la derecha”, ni “ustedes” ni “nosotros” hemos logrado siquiera empujar en la magnitud más mínima un cambio social radical, la diferencia es que “ustedes” insisten en que algún día, finalmente habrá “unidad de clase”, “internacionalismo de los trabajadores” y hasta entonces (¿En qué siglo será esto?), finalmente nos podremos liberar de las “cadenas de la explotación” que impone el capital.

    “Nosotros” en cambio, intentamos detener aún más el embate, si bien es cierto que en la mayor parte de las veces se fracasa, algunas veces sí se logran “victorias pírricas” como usted las denomina, y no tengo problema en reconocerlas como tales. La lucha al final de cuentas es la misma.

    Finalmente, pongo a disposición de sus “seguidores” los textos a los que se ha hecho mención. Porque aunque usted insiste en que hacer propaganda de sus reseñas personales de los textos de Dos Santos, qué mejor que sus “seguidores” tengan acceso de primera mano a estos materiales (que pese a todas las críticas que usted pueda lanzar, son textos clave de la teoría crítica latinoamericana) y sean ellos mismos quienes lleguen a sus conclusiones.

    Ah por cierto, su libro “Economía política de la dependencia y el subdesarrollo” en donde critica a fondo la Teoría de la Dependencia no se encuentra en ningún lugar en México. Cuando lo busqué hace varios meses en la UNAM me di cuenta de que sólo hay un ejemplar que se encuentra “secuestrado” (literal) por una investigadora durante años y no hay manera de revisarlo. Hasta ahora sólo he podido leer sus críticas desde sus “desarrollos parciales” de su blog ¿Por qué no sube el libro completo en formato digital para socializar la información? ¿O es que la Editorial capitalista que vive de los frutos de su trabajo intelectual no lo permite? Lo entendería y lo compadezco, “hay que ganarse la vida.”

    “Imperialismo y Dependencia”: http://bit.ly/1L8R9o4

    “Del terror a la esperanza”: http://bit.ly/1j5t7QL.

    “Teoría económica y las políticas económicas”: http://bit.ly/1FGlIkX.

    “Crisis estructural y crisis de coyuntura en el capitalismo contemporáneo”: http://bit.ly/1QLU9XA.

    (VIDEO) Documental sobre la T. de la Dependencia: https://youtu.be/wDt9ljoyRS0.

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    • Se llega a un punto en los debates en que no tiene mucho sentido seguir. Vuelve con el tema del resentimiento. ¿Por qué mete estas cosas? Ya le dije que no voy a responder semejante tontería. Tampoco voy a responder a sus ataques personales sobre por qué mis libros no se consiguen en México. En todo caso, puede dirigirse por mail a la editorial de la Universidad de Quilmes y le darán alguna respuesta. En líneas generales, no gozo de la facilidad que tienen otros marxistas, a quienes les publican poderosas editoriales. A mi me han publicado editoriales que prácticamente no han ganado nada con publicarme. Por ejemplo, la gente de La Linterna sorda, que hizo todo con un increíble esfuerzo. Pero a usted estas cuestiones le importan un comino. Con tal de defender lo que no puede defender, tiene que ensuciar. Lamento mucho que en este punto haya llegado a un ataque tan miserable. Aclaro: lo lamento por usted, no por mí.

      En cuanto a los puntos polémicos, su única habilidad parece ser cambiar a cada rato de tema. Primero dijo que citaba mal porque no tomaba los libros de Dos Santos. Cuando cito dos libros escritos publicados en los 2000, incluso uno que usted recomienda, resulta que no tengo que tomar esos libros, sino un artículo en CLACSO, en el que supuestamente Dos Santos trata «las contradicciones del capitalismo». Pero ni palabra sobre el contenido de lo que presenté. Como no puede decir palabra, habla de otra cosa.

      De la misma manera, cuando presento las declaraciones que hace Dos Santos en Buenos Aires, en un diario oficialista, sobre el plan económico de Dilma, no hay que hablar de eso, sino de otra declaración, en que critica al plan de Dilma.

      Cuando digo que Dos Santos va a un congreso que desde su convocatoria está dedicado a la apología de los gobiernos burgueses latinoamericanos tipo Kirchner, hay que mirar para otro lado. De nuevo, como no puede decir palabra, habla de otra cosa.

      Cuando digo que Dos Santos firma declaraciones de apoyo al gobierno CK, con la excusa oportunista de «peligro de golpe de derecha», hay que mirar para otro lado.

      Cuando cito a Dos Santos afirmando que el chavismo está industrializando a Venezuela, hay que mirar para otro lado. Claro, tampoco puede decir palabra.

      Por supuesto, tampoco puede decir palabra sobre los silencios de Dos Santos frente al capitalismo de Estado tercermundista, las burocracias stalinistas (por caso, ha caracterizado a Corea del Norte como «país socialista del Tercer Mundo), los elogios a Gorbachov, sus apologías del nacionalismo burgués. Sobre todo esto, usted, por supuesto, silencio.

      En definitiva, como no puede responder estas cuestiones, decide atacarme por mis posiciones en relación a las reformas que se puedan arrancar en el sistema capitalista y las actitudes ante gobiernos burgueses. Claro que en este punto ya ni queda rastro de un mínimo de honestidad intelectual. He escrito sobre estas cuestiones en cantidad de notas en el blog, pero a usted eso lo tiene sin cuidado. Inventa alegremente. Veo que le han sido provechosas algunas lecturas, al menos desde el punto de vista del rigor y del método.

      Por último, usted dice que no hay un marxismo acomodaticio y yo digo que sí. Hay un marxismo que calla una y otra vez porque no quiere meter el dedo en la llaga. Porque sabe que si adopta una postura crítica frente a los «poderes instituidos en la izquierda», pierde un montón de privilegios; entre ellos, que les publiquen editoriales poderosas, respaldadas por burocracias o capitalismos de Estado, a los que jamás van a criticar. Para bajarlo a tierra (aunque sé que con usted es inútil), tomemos el caso de la actitud ante el castrismo. Fidel Castro, entre otros, apoyó a la dictadura de Videla, al régimen de Mengistu, de Etiopía; al gobierno de Idi Amin, de Uganda; a Mugabe de Zimbawe; a Sassou-Nguesso del Congo; a Nguema Macías y Teodoro Obiang, de Guinea Ecuatorial. ¿Cómo se explica el silencio atronador de parte de los marxistas frente a estas posiciones de Castro? No hay respuestas que no sean las razones del oportunismo stalinista de toda la vida (los que critican le hacen el juego a la CIA, y cosas por el estilo). Claro que, sobre esto, usted de nuevo, hace silencio. Como ya le dije, asimiló muy bien el método.

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      rolandoastarita

      02/10/2015 at 15:37

    • Agregado: olvidé decir algo fundamental: además de no responder las cuestiones que se le plantean en torno a los libros escritos por Dos Santos en los 2000, el trabajo contenido en el libro editado por Clacso dice, en esencia, lo mismo que dicen sus libros. Esto es, el análisis en términos de clase está de nuevo ausente en el escrito “Crisis estructural y crisis de coyuntura en el capitalismo contemporáneo” (en J. Gambina (coord.) La crisis capitalista y sus alternativas. Una mirada desde América Latina y el Caribe»). La contradicción es entre monopolio y libre mercado; capitalismo de Estado en los centros y capitalismo de Estado de las periferias; países dominados versus potencias imperialistas. Por ejemplo, refiriéndose a la situación en la posguerra:

      «Los planos quinquenales se incorporaron a la gestión económica de países como México e India, aún cuando rechazaban políticamente el modelo de socialismo soviético. El mundo colonial se levantaba e iniciaba un nuevo frente de lucha mundial: las luchas de liberación nacional y la instalación de Estados nacional democráticos en el mundo subyugado por las potencias imperialistas. Este nuevo frente partía con más claridad aún de una valorización del capitalismo de Estado que ya se revelara extremadamente eficaz en las políticas de acumulación primitiva en la Unión Soviética, además de demostrar una eficacia militar impresionante (pp. 68-9)».

      Por supuesto, con el elogio de las regímenes stalinistas por su contribución a este «liberación»: «La victoria de la revolución china, la coreana, la vietnamita, la expansión de la revolución social en América Latina desde Bolivia (1952), Guatemala (1954), Cuba (1958), estimulaban nuevas victorias de la versión socialista de la lucha anticolonial» (p. 69).

      También: «La India de Gandhi, la Indonesia de Sukarno, la Yugoslavia de Tito anunciaban, entre otros, el aparecimiento de un nuevo sujeto histórico que se inspiraba en el México revolucionario, en los “nuevos turcos”, y en otras experiencias que apuntaban hacia el ejemplo de un Estado poderoso para conducir la acumulación primitiva, sea ella capitalista o socialista. Después de la histórica reunión de Bandumg en 1955, estos nuevos sujetos sociales adquirieron cara y programa que dio origen al exitoso Movimiento de los No-Alineados, cuyo programa contrario a la “Guerra Fría” que Estados Unidos e Inglaterra forjaron para detener una falsa amenaza soviética, terminó por imponerse en los años 90 con el fin de la “guerra fría” (p. 69).

      Como suele suceder con estos análisis desesperadamente superficiales, los «nuevos sujetos sociales» (linda manera de eludir las cuestiones de clase), corporizados en los No-Alineados, terminan dando paso, vaya uno a saber por qué, al «neoliberalismo» (faltaba más) que, de buenas a primeras, aparece con el fin de la guerra fría. Todo esto en el marco de la reivindicación de «La Teoría de la Dependencia: Balance y Perspectivas» y «Del Terror a la Esperanza: Auge y Decadencia del Neoliberalismo», y el eje en el objetivo de la «integración latinoamericana».

      Y por supuesto, no podía faltar el elogio de los gobiernos «progresistas» latinoamericanos: «Me propongo dedicarme ahora, con varios compañeros, a formular las alternativas que se dibujan a partir de los avances producidos por la toma de conciencia radical de los movimientos sociales, que se expresa a través de la creación de gobiernos progresistas –que se formaron a partir de la decadencia del neoliberalismo» (p. 76).

      Por último, otro agregado: todo el escrito carece por completo del más mínimo rigor científico. Las tesis del monopolio de Hilferding y Lenin se mantienen a-críticamente, sin la menor consideración de las críticas que han recibido. La ley de la tendencia decreciente de la ganancia se postula sin presentar siquiera un dato. La explotación de la clase obrera por parte de los regímenes stalinistas, naturalmente, está desaparecida. Lo mismo puede decirse cuando se hace referencia a los regímenes «progresistas» del Tercer Mundo, desde la India de Gandhi al presente. El Kirchnerismo sabe a quién está premiando. Como dije en la nota, no hay sorpresas.

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      rolandoastarita

      02/10/2015 at 16:33

  12. Olvidé aclarar que mi interés en leer su blog es porque los datos que presenta sobre la crisis económica mundial sor muy buenos. El análisis con base en el desenvolvimiento desigual de la crisis, bien se trate de China, Estados Unidos, Europea, AL, etc., es de los pocos que se pueden leer en la red. Eso por un lado.

    Por otro lado, lo leo y lo sigo por la misma razón por la que usted lee a los exponentes del marxismo «nacional», para realizar el contraste y a partir de ahí, hacerles las críticas correspondientes. Lo mismo me pasa, a mí no me gusta leer a los «amigos» nada más, leo desde los informes del FMI y el BM hasta las cosas que usted escribe, esté yo o no de acuerdo, creo que hay que revisar diversas opiniones. Espero haya podido despejar sus dudas. Que tenga buen día.

    ANR.

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    • Estaría bueno terminar con la cultura de ver resentimiento en las motivaciones a la crítica. Eso se contradice con mantener la pluralidad del debate.

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      Danilo Castelli

      03/10/2015 at 12:37


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