Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Elecciones francesas, algunas reflexiones

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El domingo pasado en Francia se realizó la primera vuelta de las elecciones legislativas. El partido de Macron, En Marcha, obtuvo el 32,2% de los votos; 13 puntos porcentuales por encima de los Republicanos, que tuvieron 21,5%. El Frente Nacional obtuvo 13,2%; el Partido Socialista el 9,5%; Francia Insumisa el 11%. Con estos resultados hay posibilidades de que en la segunda vuelta En Marcha se haga de la mayoría de la Asamblea, con 435 diputados sobre un total de 577; los Republicanos obtendrían 90; los Socialistas y sus aliados 25; Francia Insumisa 13 y el Frente Nacional 3. La tasa de participación de los comicios fue del 40,75%, un porcentaje muy inferior al registrado en 2012 (48,3%) y 2007 (49,3%).

El programa de Macron contempla, entre sus prioridades, que las empresas negocien los salarios de forma individual y no estén obligadas a los convenios por ramas; también aumentar la flexibilidad para contratar y despedir trabajadores, y para fijar las normas laborales. Son demandas de larga data de la patronal francesa, que hasta ahora han encontrado la resistencia de los trabajadores. Pero la nueva mayoría que se establecería en la Asamblea Nacional aumenta las chances de que la clase dominante finalmente avance sobre el trabajo.

Indudablemente, En Marcha se ha convertido en la alternativa de la burguesía francesa y de la Unión Europea. La contracara del ascenso del partido de Macron es el derrumbe del PS, que pasa de tener 331 bancas a unas 20 o 30; los Republicanos, que hasta hace algunos meses soñaban con dirigir el gobierno, pasan de tener 194 bancas a 80 o 90.

Algunos partidos y analistas de izquierda, a la vista de la caída de los socialistas y republicanos, recientemente caracterizaron que en Francia se había abierto una crisis de proporciones. Así, y a propósito de las elecciones presidenciales, se habló de “crisis del régimen”; de “crisis orgánica”, y de “crisis política que no hace más que comenzar”. El argumento central es que el electorado abandonó a los partidos tradicionales.

Pues bien, discrepo con estas caracterizaciones. La razón fundamental es que exageran la importancia de los movimientos de superficie de la política diaria, perdiendo de vista que las relaciones esenciales permanecen inalteradas. Un ejemplo típico lo constituye la historia de la Italia de posguerra: en los 71 años que van de 1945 a 2016 hubo nada menos que 42 jefes de gobierno. Recuerdo que a raíz de esa inestabilidad política permanente, un grupo trotskista italiano, con el que tenía contacto en los años 1980, hablaba de “crisis pre-revolucionaria crónica”. Pero la “crisis pre-revolucionaria” se continuaba, año tras año, sin que se tradujera en ningún movimiento de la clase obrera hacia el anticapitalismo. Y la burguesía seguía renovando su control, a pesar de las turbulencias de superficie. ¿Qué sentido tiene hacer este tipo de caracterizaciones “crónicas”? De hecho, solo sirven para oscurecer las cuestiones esenciales y marearse con palabrerío izquierdista.

Yendo al caso de Francia, vemos que descienden los votos al PS y a los Republicanos, pero aumentan los votos a En Marcha. Más importante, la amplísima mayoría del electorado apoyó alternativas burguesas (incluso Francia Insumisa presenta un programa extremadamente moderado). Entonces, ¿por qué debería preocuparle a la burguesía francesa el cambio de figuras al frente del Gobierno o en el Parlamento, si no hay gran diferencia en los programas y estrategias? Se renueva el elenco dirigente para que todo continúe más o menos igual (esto es, para que siga la ofensiva contra el trabajo).

En cuanto a la abstención –argumento clave de los defensores de la tesis “crisis orgánica-, no veo que sea tan esencial. En términos de Gramsci, una crisis orgánica se distingue por la desaparición del consenso que las clases dominadas le conceden a la ideología dominante. Según Gramsci, si la clase dominante ha perdido el consenso, no es más “dirigente”, sino “detentadora de la pura fuerza coercitiva”. Pero la realidad es que la mayor parte de las veces la burguesía no tiene adhesión activa de las masas (o de una parte de las masas) a algún proyecto, y gobierna sin apelar tampoco a la “pura fuerza coercitiva”. Es que en el medio de estos escenarios polares se cuelan variantes. Entre ellas, es frecuente que haya desánimo; o que no se vislumbre la posibilidad de cambiar el estado de cosas. La abstención electoral muchas veces es expresión de este estado de ánimo. Por eso la actitud puede ser la de “soportar”, “resignarse” o “tolerar de mal grado”, sin que se altere en lo básico la explotación. A lo que hay que sumar los eventuales ascensos de variantes del “socialismo burgués” (Syriza en Grecia, Podemos en España, ahora el Laborismo inglés, para mencionar solo casos europeos recientes) que llevan a la frustración y desmoralización (Syriza). Reforzando así, en última instancia, el “soportar”, “resignarse” o “no ver salida”.

En otras notas he planteado la necesidad de luchar sin ilusiones (ver aquí). Con esto trato de decir que los análisis deben ser materialistas, y que no hay que apostar a quimeras reformistas burguesas. Es necesario partir de las relaciones de fuerza entre las clases fundamentales, y de una caracterización de clase de los programas que apoyan, consienten o toleran las masas trabajadoras. Para eso, es necesario “bajar la fiebre” de los análisis que a cada momento encuentran una “crisis pre-revolucionaria” o “una crisis orgánica”. Es parte de la lucha por la ruptura con todas las expresiones políticas e ideológicas de la clase dominante.

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Elecciones francesas, algunas reflexiones

Written by rolandoastarita

13/06/2017 a 10:36

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16 respuestas

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  1. En EEUU ganó Trump y el trotskismo tiró «CRISIS en EEUU». A Macri o Vidal le tiran alguna opereta mediática y «CRISIS POLITICA EN EL GOBIERNO». Ramal y Altamira son dos expertos en machacar el término crisis hasta dejarlo sin sentido. ¿Porque pasa X? «Por la crisis mundial capitalista» ¿Porque tu política es correcta aunque no te vote nadie ni te crea nadie? «Porque el futuro es nuestro, dada la crisis terminal del capitalismo».

    Hace 30 años que yo en personal escucho LO MISMO, sin cambios.

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    Hernan

    13/06/2017 at 10:57

  2. Muy interesantes las notas sobre las diferentes variantes de reformismo y estalinismo.

    Esta cuestión de luchar sin ilusiones me parece muy importante. Particularmente importante me parece que debería ser reconstruir la lógica de la acción política revolucionaria que articulaba las demandas del programa mínimo (mejores condiciones de venta de la fuerza de trabajo, libertades políticas) con el programa máximo (la lucha por el poder y el socialismo).

    Esto de que hay que machacar con la idea de que los problemas fundamentales de la clase trabajadora sólo se solucionarán con el socialismo pero sin dejar de luchar contra los síntomas del capitalismo (bajos salarios, jornadas extenuantes, siniestralidad laboral, etc etc etc) implica la necesidad de articular los diferentes niveles de lucha, tanto a nivel de propaganda como de agitación.

    Podría pensarse que tanto las consignas transicionales del trotskismo como las etapistas del estalinismo, han contribuido a olvidar la estrategia socialista que combinaba la lucha por las reivindicaciones del programa mínimo con la lucha por el poder y el socialismo.

    Una crítica que se solía hacer a los trotskistas vernáculos es que eran ultraizquierdistas en lo reivindicativo y reformistas en lo político. No carece de lógica si nos atenemos al programa de transición. Los partidos reformistas y filoestalinistas por su parte directamente se olvidaron del socialismo para un futuro lejano e indeterminado.

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    Lucas

    13/06/2017 at 11:48

  3. Carezco de los conocimientos suficientes para entender por qué en las presidenciales el FN es segunda vuelta y en las legislativas consigue tan poco.

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    marc

    13/06/2017 at 11:49

  4. Bueno, se ve que el gramscismo pegó hasta en el profe. De ahí que no sea coincidencia que lo publique «izquierdadiario», un sitio en el cual se reúne con Alejandro Bercovich, Cristina Kirchner, Michael Moore, Slavoj Zizek, etc. Quizás todo esto no sea arbitrario, ya que el desarrollo marxista del profe comenzó con publicaciones junto a Laclau en 1997 (bien criticadas en su momento por Coggiola), autor que es todo un signo de la degeneración de la progresía académica (si Lacalu se inicia en el «marxismo» con el debate sobre los modos de producción, en el cual primero define a un modo de producción por cuatro criterios y a renglón seguido olvida esto y utiliza solo tres criterios para tratar otro modo de producción distinto).

    Bueno, desde hace 30 años han existido crisis prerrevolucionarias en muchos lados, partiendo por su propio país en 2001!. Y hay ejemplos paradigmáticos en América Latina, con una Bolivia que ha experimentado crisis prerrevolucionarias en 1952, 1971 y 2003-2005.

    Si bien en Francia no se está en una «situación prerrevolucionaria» (tampoco esto es un horizonte muy lejano, recuérdese el salto que pegó la lucha de clases en 2010), es inconducente hacer caracterizaciones «de clase» que hacen como si no pasara nada y todo siguiera igual. En el mundo entero los aparatos socialdemócratas se comienzan a desgastar a ojos vistas y la burguesía se ve obligada a un recambio (pasok, psoe, ps, pt brasileño, concerta chilena). Y el caso francés es paradigmático, porque hablamos del recambio del partido en el cual se recicló toda la «nueva izquierda» del 68′ (algunos trotskystas incluidos). Esto abre oportunidades para la construcción de partidos obreros de vanguardia con influencia de masas.

    Pero bueno, el profe ya nos tiene acostumbrados con su objetivismo «a la Proudhon» (que Marx criticó de buena manera en el 2do Prefacio al Dieciocho de Brumario escrito en 1869). No por nada descartó el programa de transición en 1999, pocos años antes de al menos dos situaciones prerrevolucionarias en América Latina (Argentina en 2001 y Bolivia 2003-2005). No por nada fue incapaz de prever la crisis comenzada en 2008 y hubo de reciclarse con frases pasajeras y notas al pie algunas vez consignadas.

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    Manuel Salgado

    13/06/2017 at 13:30

    • ¿No puede entender siquiera lo elemental que dice la nota? ¿No se da cuenta siquiera de que es una crítica a la tesis gramsciana que dice que la clase dominante domina «con hegemonía o represión abierta»?

      Por otra parte, ¿qué tengo que ver con Bercovich, Cristina K, Laclau, Michael Moore? ¿De dónde saca estas cosas? ¿Usted está mal de la cabeza, o se trata de un simple y estúpido trol? ¿Para defender al Programa de Transición tiene que decir estas tonterías?

      Con relación a la crisis, le aviso que esta comenzó en diciembre de 2007, y en septiembre de 2007 escribí sobre la crisis que se avecinaba. Y antes, en 2005, en mi libro «Valor, mercado mundial y globalización», escribí:

      «En los últimos años se asiste a una nueva alza de precios de propiedades inmobiliarias. En EEUU,Gran Bretaña, España, Australia, Irlanda, Países Bajos, Dinamarca y otros países desarrollados, alcanzan, a mediados de 2005, niveles históricos record, alimentados por las bajas tasas de interés. (…) Se trata de una típica burbuja financiera… Pero un alza de las tasas de interés… puede desatar un proceso deflacionario y la pinchadura de la burbuja con importantes desvalorizaciones. ¿Cómo podría impedirlo la movilidad del capital? Cuando sobreviene la crisis, todos los valores, inmobiliarios y financieros, son afectados. Los capitales más transnacionalizados… no pueden evitar las pérdidas cuando ocurre una caída general en los mercados mundiales» (pp. 314-5). Esto lo escribí dos años y medio ANTES de que estallara la crisis en Wall Street.

      A la vista de lo que escribe en este comentario, y de lo que ya ha enviado a este blog, repito la pregunta: ¿usted es un trol, un provocador, o sufre simplemente de una suerte de diarrea mental?

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      rolandoastarita

      15/06/2017 at 08:58

    • ¿Hay tanta diferencia entre el antiguo dogmatismo staliniano (usted le hace el juego a la derecha, usted es un revisionista del bloque zinovievista-troskista, usted es un pequeñoburgués, socialdemocrata,etcetc) y estas diarreas ultra?

      Todos tienen un punto en común: están mirando otra película. Aunque la realidad no coincida o no demuestre con evidencias lo que plantean, insisten. ¿De qué «pensamiento científico» hablan a veces?

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      Hernan

      15/06/2017 at 11:30

  5. Yo la sensación que tengo es que en Europa no está pasando nada de nada. Y que si pasa algo, va a ser hacia la derecha, no lo duden. La izquierda europea es una broma de mal gusto, tanto la reformista como la autodenominada revolucionaria, que por otra parte es residual.

    En lo que respecta a mi país, la izquierda española hace ya mucho tiempo que se mudó a su propio mundo de fantasía, al que yo llamo Narnia. El problema ya no es que la izquierda sea más o menos reformista, sino que ha perdido el contacto con el mundo real, simplemente.

    El último ejemplo de esta semana, Podemos ha presentado una moción de censura para echar al Presidente del gobierno, Mariano Rajoy. El motivo de la moción era principalmente la corrupción escandalosa del Partido Popular, el partido gobernante.

    Bueno, pues Podemos ha presentado una moción de censura sabiendo de antemano que no tenía ningún apoyo. El resultado: 82 votos a favor (los suyos), 97 abstenciones y 170 votos en contra. La derecha española está de fiesta y toda la prensa proclama que el gobierno ha salido reforzado y que se ha demostrado que no hay alternativa posible. Esta es la interpretación que hacen las personas que viven en el mundo real.

    Pero luego está Narnia, el mundo de fantasía de la izquierda española. En Narnia, la moción ha triunfado porque el objetivo no era derrocar al Presidente, sino «movilizar a la ciudadanía», y esto, por lo que cuentan, se ha conseguido. Se ha conseguido en Narnia, solamente, porque la implicación y seguimiento ciudadano a esta moción, en el mundo real, ha sido de cero absoluto.

    Otro caso, en el artículo se habla del proyecto de reforma laboral francesa. Bueno, pues ese proyecto de Macron, que realmente ya fue iniciado por Hollande, es una copia de la reforma laboral española de Mariano Rajoy, reforma laboral que está haciendo que en España se creen más puestos de trabajo que en ningún país europeo. Y sí, en España sigue habiendo un 20% de paro y el empleo que se crea es precario y temporal, pero se está creando empleo, es que es un hecho objetivo, es que yo encontré trabajo hace 6 meses, y mis amigos y conocidos están encontrando trabajillos, que son contratos por meses y mal pagados, pero es que hace dos años para los jóvenes no había ni eso.

    Bueno, pues la izquierda española niega que la reforma laboral esté funcionando. Da igual que todas las estadísticas la avalen, da igual que los gobiernos europeos copien la reforma laboral española, da igual que los propios portavoces de la UE hayan felicitado a Rajoy por su reforma, da igual. La reforma es un fracaso porque lo que hay que hacer es subir los sueldos (drásticamente, además) y aumentar las garantías laborales, porque así la gente consume y se crea empleo. Conceptos tan elementales como la tasa de ganancia simplemente no existen para la izquierda española, porque todo lo que no encaja en su discurso, no existe. Así funcionan las cosas en Narnia.

    Lo gracioso es que el ejemplo de estos tarados, por mucho que ahora lo nieguen y lo renieguen, ha sido Venezuela. Pero vamos, es que la red está llena de discursos suyos donde proclamaban que Venezuela había demostrado que «otro modelo era posible». Ahora ya no, claro. Ahora su modelo es Noruega y Dinamarca, países que tienen un modelo laboral muchísimo más flexible que el español y que tienen una tasa de precariedad y temporalidad más alta que España, y estos tarados lo ponen de ejemplo precisamente de lo contrario. A mí es que me desquician.

    Siento la extensión del comentario.
    Un saludo.

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    poesiaylibertad

    14/06/2017 at 15:04

    • Dicho lo cual, añado que lo que sí hay en Europa es una sensación de hartazgo generalizada y de rechazo a las instituciones políticas y económicas, pero ese hartazgo se queda en simple resignación por la escasa confianza que despiertan las alternativas políticas.

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      poesiaylibertad

      14/06/2017 at 15:19

    • Contundente lo suyo, compañero.
      Un abrazo.

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      Hernan

      15/06/2017 at 00:24

  6. Compañero profesor Astarita
    En Francia todo ha cambiado para que no cambie nada, y no olvidemos que esa ha sido y será la táctica de los dueños del sistema. Profesor en ningún lugar se cuestiona la sociedad capitalista, en ningún se cuestiona la producción de valor, en todas partes la política versa sobre cuestiones de apropiación del excedente, quien coge más y quien se queda con menos.
    Aprovecho el post (que se relaciona con la política europea) para decirle que tres grupos que ostentan la mayoría en el Congreso de Cataluña (uno de derecha, otro socialdemócrata y otro anticapitalista) han lanzado ya el referéndum de independencia de Cataluña de España el próximo 1 de octubre; ¿qué ha dicho la izquierda española en boca de Podemos e IU? que aceptan un referéndum pactado. Pero ¿pactado con quién profesor, quien autorizaría el referéndum? Pues la burguesía española que ostenta el poder en el parlamento español. Podemos que como toda la izquierda española es PRIMERO ESPAÑOLA Y DESPUÉS DE IZQUIERDA ACEPTA EL REFERÉNDUM (¡no puede decir otra cosa, porque imagine usted una izquierda opuesta a que la gente vote!), pero con la zancadilla PACTADO, han dicho ¡hasta con observadores internacionales! (¿desconfían que los catalanes puedan falsear los resultados si le son desfavorables las urnas?) y ya sabe como es la burguesía española la que tendría que autorizarlo Y ESO NO OCURRIRÁ NUNCA, pues esa «izquierda» española salva sus bártulos, puede dormir tranquila compañero Astarita. Y si Cataluña se independiza ¡adiós régimen del 78!, la burguesía lo sabe, por eso está muy pero muy nerviosa… y la izquierda española (española ante todo y primero que todo) no se da cuenta… bueno nunca ha visto mucho más allá de sus narices. Y le advierto que no soy ni catalán ni vivo en Cataluña.
    Como agrego le comento que el día 13 los grandes portavoces de esa izquierda española estuvieron horas y horas debatiendo una moción de censura contra el gobierno de Rajoy. ¡Ni una sola alusión a la palabra CAPITALISMO! desaprovechando los micrófonos que Radio y TV españolas tenían permanente de la sesión parlamentaria, y todas las propuestas encaminadas a redistribuir las migajas que el capitalismo español genera, migajas que recibe entre otras por la posición que ocupa España dentro del sistema financiero internacional de país de la zona central de la economía-mundo capitalista, que le permite injustamente (como es en el capitalismo) apropiarse de parte del excedente que se produce en la partes pobres del mundo capitalista, en su periferia. Nadie es esa izquierda española que clama por mantener el «Estado de Bienestar» que la burguesía trata de recortarle dice nada de cómo se ha conseguido el mismo.
    Nos han construido una historia compañero Astarita, desde hace décadas, y no sólo la derecha, sino y con marcado acento desde las izquierdas occidentales (española incluida), que ese “Estado del Bienestar” era la consecuencia de largos años de luchas obreras y sindicales contra los patronos, pero eso ha resultado ser (y es) una verdad MUY A MEDIAS, gran parte de ese “bienestar”, que se ha orientado sobre todo como consumo envuelto en alienación, se ha generado en base a la enorme y creciente capacidad de esas élites occidentales de exprimir al resto del mundo y ceder en sus propios nichos una parte (que aunque pequeña es muy significativa) de ese bienestar a sus clases medias; por eso protestan ahora compañero Astarita porque el capitalismo, para mantener su competitividad (única manera de ganar en la selva de la competencia mundial,) en las condiciones actuales, no tiene otra manera que recortarles ese pastel que antes se permitía compartir con la plebe, ahora tiene que dedicarlo a la acumulación, esencia del sistema.
    En esa nueva protesta profesor y compañero Rolando Astarita , hay mucha gente (¡pero mucha profesor, la mayoría me atrevería a decirle!) que todavía no quiere renunciar a llevar ropa de marca ni renunciar tampoco, como es lógico, a ninguno los demás paraísos y artilugios artificiales del consumo, pero que vergonzosamente quieren que se les garantice, para la salvación de sus almas, que esa ropa se haya confeccionado sin explotar a los niños, y para la salvación de sus cuerpos, que haya sido producida con materiales naturales. Es una izquierda asquerosa profesor Astarita, digna de que comience ya a «vomitarse sobre su propia mierda» como la de Venezuela, Brasil, Cuba, etc, etc. parafraseando a nuestro querido Che que ayer cumpliría 89 años.
    Un saludo afectuoso y cordial desde España.

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    Rodolfo Crespo

    15/06/2017 at 07:43

    • Durísimo… y correctísimo cro. Crespo. Que oportuna su cita del Che… Saludos!

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      Mariano

      15/06/2017 at 10:41

  7. Me quedo con una frase de Salgado, porque habla a la claras del desvarío del trotskismo vernáculo: “En el mundo entero los aparatos socialdemócratas se comienzan a desgastar a ojos vistas y la burguesía se ve obligada a un recambio … Esto abre oportunidades para la construcción de partidos obreros de vanguardia con influencia de masas”.

    Los aparatos socialdemócratas se han desgatado y vuelto a reconstituir su legitimidad a lo largo de toda su historia. Esto no abrió oportunidades por sí mismo “para la construcción de partidos obreros de vanguardia con influencia de masas”.

    La tarea de los revolucionarios es construir partidos obreros de vanguardia con influencia de masas, exista o no exista desprestigio o desgaste de la socialdemocracia. Los revolucionarios deben ser un agente activo en el desarrollo de la conciencia de las masas y no esperar a que las masas se desencanten con el reformismo porque está demostrado que no se hacen revolucionarias por sí mismas ni que los partidos de vanguardia se desarrollen por el desgaste del adversario. A la socialdemocracia hay que combatirla siempre, desgastada o no, y esa es la única forma de construir partidos revolucionarios de masas.

    Pareciera que está esperando pasar el cadáver de su enemigo por la puerta de su casa cuando en realidad tiene que derrotarlo políticamente. La socialdemocracia se desgasta y el resultado es el escepticismo de las masas y la apatía. Un ejemplo muy claro es el trotskismo vernáculo, que más bien habría que denominar como “reformismo en nombre de Trotsky”, que se dedica a hacer mero sindicalismo o democratismo radical. Nada de lucha por el poder político y social (la intervención electoral no es lucha por el poder), en fin, nada de socialismo.

    Está bien, sigan esperando que las masas se desencanten con la socialdemocracia, van a llegar a la conciencia revolucionaria por sí mismas y ahí los van a elegir a ustedes.

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    Lucas

    15/06/2017 at 11:05

  8. Profesor se que esto no tiene que ver con la nota, pero ha respodido a este articulo?
    https://marxismocritico.com/2015/01/05/critica-a-la-interpretacion-que-hace-rolando-astarita/
    Saludos

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    Matias

    16/06/2017 at 15:21

    • Respondí esta crítica aquí y aquí. Amplié aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí. aquí, aquí, aquí.

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      rolandoastarita

      16/06/2017 at 15:31

    • Compañero profesor Astarita
      Una pregunta por favor: Además de los artículos que menciona en la respuesta al forista Matias, en qué otros de su vasta obra puedo estudiar A FONDO sus apreciaciones sobre la teoría del valor, pudiera ser tan amable respondernos.
      Si no lo quiere hacer el el Blog mi dirección es rodohc21@gmail.com
      Gracias, perdonad por solicitarle algo tan amplio (dado su seguro escaso tiempo) y saludo cordial desde España.
      Rodolfo Crespo

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      Rodolfo Crespo

      17/06/2017 at 06:46

  9. Dentro de la sociedad capitalista, las masas obreras y populares pueden desarrollar dos tipos de luchas reivindicativas: inmediatas y estratégicas. Entre las primeras se cuentan las luchas por aumentos salariales, contra el costo de vida, reposición de despedidos, destitución de alguna autoridad, exigencias por obras de infraestructura básica como carreteras, agua desagüe, energía eléctrica, etc. Es decir, se trata de luchas cotidianas y domesticas que apuntan a resolver necesidades inmediatas de las masas, frente a las cuales los gobiernos burgueses no se niegan a resolverlas; es más, muchas de estas reivindicaciones forman parte de sus programas políticos. Muchas de estas luchas son apoyadas y fomentadas por la izquierda y, a veces, dan lugar a multitudinarias movilizaciones. El caso es que, en la medida que los intereses de las masas están involucrados en estas luchas, la izquierda no puede dejar de apoyarlas e impulsarlas. Así mismo, sirven como escuelas para la formación de dirigentes obreros, populares y de izquierda. El rasgo común de estas luchas es que no llevan a las masas al cuestionamiento del sistema de explotación y no logran develar de modo claro y contundente el carácter de clase del estado burgués y la necesidad de su destrucción.

    A diferencia de estas luchas inmediatas, la izquierda podría promover paralelamente otro tipo de luchas como la derogatoria de las leyes antilaborales y sus sustitución por leyes que garanticen la estabilidad laboral, la aprobación de una norma que establezca el ajuste automático de los salarios con respecto al alza del costo de vida, u otra que establezca cabildos abiertos vinculantes (asambleas de vecinos) con capacidad de sancionar actos de corrupción, anular licitaciones fraudulentas y destituir autoridades corruptas a nivel de municipios, gobiernos locales o regionales; así mismo, podría pensarse en una ley que reconozca tarifas especiales de los servicios básicos y un presupuesto para apoyo alimentario en zonas en condiciones severas de pobreza. Y así por el estilo podríamos continuar enumerando muchas más reivindicaciones de este tipo que denominamos estratégicas porque tienen el rasgo común de que todas y cada una de ellas provocarían el rechazo rotundo y enérgico de parte de la burguesía y su gobierno de turno y la acusación de quienes las promueven de “extremistas desestabilizadores del orden democrático” y, de hecho, inventarían una ley (como la ley antiterrorista) para desatar una persecución política contra los activistas involucrados en dichas luchas.

    Imaginemos un multitudinario despliegue de masas e torno a, al menos una, de las reivindicaciones estratégicas enumeradas más arriba. La drástica negativa del gobierno de reconocer dicha demanda y la persecución que desataría le revestiría de un carácter político a dicha lucha; vale decir, pondría en evidencia de una forma clara y diáfana su carácter de lucha de clases. Así mismo, no me queda la menor duda que bajo estas condiciones de lucha quedaría al descubierto ante las masas el carácter de clase del Estado y el carácter explotador del sistema. Es indudable que para desplegar una amplia lucha de masas en torno a una de este tipo de reivindicaciones es necesario una vanguardia política bien cohesionada y una amplia red de dirigentes francamente comprometidos con dicha lucha.

    Creo que es bastante obvio que una lucha de este tipo es casi imposible que pueda cuajar en un corto plazo. Estas son luchas que hay que trabajarlas con paciencia. Seguramente el reformismo electorero se sentirá muy incómodo con planteamientos de este tipo, toda vez que asumir una lucha estratégica le parecerá algo absolutamente innecesario, aduciendo que el camino es luchar por el triunfo electoral de un gobierno de izquierda y que este gobierno es el que dará solución a todas las reivindicaciones populares habidas y por haber. Otro factor limitante es la percepción de las masas de la imposibilidad practica que el gobierno burgués ceda ante cualquiera de este tipo de reivindicaciones. Así las cosas, habrá que realizar un trabajo muy tesonero y paciente para convencerlas de que, si bien es cierto que una solución integral a este tipo de demandas sólo será posible a partir del derrocamiento del poder burgués, también es cierto que son luchas absolutamente justas y que, antes de la toma del poder, contribuirán a una mayor agudización de la lucha de clases lo que hará germinar en la conciencia de las masas el ideal revolucionario.

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    Amauta

    17/06/2017 at 03:21


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